domingo, 25 de abril de 2010

¿Es más violenta esta nueva generación de jóvenes respecto a la anterior?

La juventud, la esperanza de un pueblo, de una nación, de la humanidad. La juventud, que es una etapa de formación y maduración, en la cual, la persona es propicia a la actuación política y a la defensa de ideales.

En esta etapa, los jóvenes, tanto por razones biológicas como por razones sociales, somos absorbidos por los ideales más grandes y que actúan e influyen con más fuerza. Por ello, en todo movimiento renovador o revolucionario, aunque sean ideas equívocas, la juventud siempre tiene una participación mayor. Esto se debe a que la falta de recursos, de medios y, al ser psíquicamente más inestable y más frágiles que una persona adulta (naturalmente), somos más manipulables a la hora de convertirnos en consumistas y a la hora de provocar en nosotros ciertas pasiones y vicios que nos pueden alejar de los ideales correctos.

Frente a la pregunta propuesta, en los actuales momentos, sí pienso que la juventud sea más violenta que la de épocas pasadas, ya que seguro que, a pesar de que habían menos medios de comunicación y menos capacidad para sacar noticias a la luz, en épocas pasadas, no había violencia ante profesores, falta de respeto hacia los mayores e incluso a nuestros propios padres o, simplemente, no existía o al menos, no habían tantas personas como ahora, capaces de actuar de la forma anterior o cometer casos como el de Seseña o parecidos. Muchos jóvenes actuales, no muestran interés por los demás y se mueven por sus propios impulsos e intereses, sin tener en cuenta a quienes les rodean.

Ante esta reflexión, cabe pensar si nuestra cultura actual se basa en la violencia o no, ya que ahora, más que nunca, no nos gustan las normas, tenemos una gran tendencia a saltárnoslas y cuando no conseguimos las cosas que queremos, nos revelamos. Nos creemos que sabemos todo y, por ello, cuando nos aconsejan, pensamos que los mayores no tienen razón y solemos justificarnos ante ellos con que están anticuados, es decir, que no están socializados.

Todo esto, nos ha encaminado hacia la pérdida de valores esenciales, como el respeto y la tolerancia hacia cualquier persona conocida o no conocida e, incluso, hacia nuestros padres, maestros y personas de la tercera edad, provocando que ya no esté presente ningún sentido de vergüenza ante la inmoralidad, como la indisciplina. Esta es la realidad, ya que, a mi modo de ver, lo que más nos importa ahora es tener dinero y ser reconocido, y no importa cómo sea alcanzado ese objetivo. Todo esto se debe a que la sociedad, frente a la situación actual, es la que nos enseña que el único fin de la vida es ganar dinero, divertirse y pasarlo bien. Esta es la verdad y, aunque cueste reconocerlo, la juventud actual, sin nada que hacer, no se plantea la tarea de construir un mundo mejor, ya que no piensa más que en juergas, consumir y conseguir dinero para seguir con el ritmo de vida.

Es decir, que el joven de la actualidad, se presenta como una persona en constate maduración, ya que cada vez va teniendo más libertad y, con ello, la capacidad de elegir su destino. Ante este destino, influye directamente el consumismo masivo, algo muy grave en esta sociedad, ya que busca siempre estar cambiando con el objetivo de adquirir bienes. Nosotros, los jóvenes, podemos vernos influidos por el consumismo de tal forma que puede llegar a determinarnos los lugares a donde vamos, las indumentarias e insignias que llevamos, el estilo, el vocabulario…

La mayoría de la población e incluso nosotros, reconocemos que los jóvenes actuales somos más violentos que los de generaciones anteriores. Esto nos lo hacen ver los medios de comunicación que nos muestran los hechos día a día, como el caso de Seseña, en el que dos menores quedan para pelearse y la asesina admite que ha sido ella sin mostrar ningún arrepentimiento. También informan sobre infinitos casos de violencia de género, guerras, atentados, etc. Es decir, como ya he dicho antes, cabe plantearnos si nuestra cultura actual se basa o se mueve en función de la violencia.

Ahora bien, los motivos que han llevado a este repentino cambio frente a épocas pasadas y la posterior globalización de este, es decir, la socialización, se debe, a mi modo de ver, a los siguientes factores:

  • Como ya he dicho antes, al materialismo, la cultura del tener y la cultura del poseer y, a partir del cual, deriva el segundo factor.

  • Los videojuegos, la televisión, las películas, los ordenadores etc. que crean una realidad virtual y que, muchos de ellos, fomentan la violencia y pueden llegar a influir en la psicología del individuo. Se aprecia claramente la existencia de violencia a causa de este factor, en la forma de actuar de los jóvenes entre ellos. Esto provoca que seamos más violentos que en épocas pasadas, ya que, en la niñez, no nos han dado responsabilidades ni nos han exigido nada. Los chavales de antes, a nuestra edad, ya tenían unos valores y responsabilidades asumidos, ayudaban a sus padres en lo máximo posible y no les faltaban el respeto y, los de ahora, no hacemos más que estar jugando con los videojuegos, ordenadores, móviles etc.

  • La disminución de la autoridad que empleaban los padres con sus hijos ha provocado que, ahora, no se impongan ante ellos y algunos lleguen a hacer lo que quieren, o la pérdida de autoridad de los profesores con sus alumnos respecto a hace unas décadas. El cambio ante los profesores se puede ver claramente en un aspecto peculiar: antes, nosotros estábamos obligados a llamarles de usted y ellos nos llamaban como querían (de usted, de tú o por nuestro nombre), ahora, somos nosotros quienes les llamamos de tú o por su nombre, es decir, ya no les llamamos de usted y, muchos de ellos, sí nos lo siguen llamando. Esto es un mero ejemplo y no estoy diciendo que defienda las formas en las que se imprimían las clases, en las cuales, cualquier acto de violencia era reprimido con lo llamado “mano dura”, aunque, al fin y al cabo y, a pesar de ello, se conseguían los objetivos propuestos.
    Todo esto que ya no ocurre, en vez de aprovecharlo positivamente, lo aprovechamos de forma negativa, ya que, pensar que somos prácticamente intocables ante los profesores y padres, nos ha llevado a creer que somos superiores a ellos y a perderles el respeto, dándose casos de amenazas y agresiones, tanto físicas como psicológicas hacia nuestros propios padres o profesores.
    Esta diferencia en la educación, nos ha llevado a ser mucho más libres, a tener menos normas y de las que tenemos a saltárnoslas, y menos disciplina, lo que conlleva a juntarnos muchas veces con la gente equivocada.

  • La pérdida de algún familiar que fuera importante o esencial, tanto por muerte como por separación (muchos casos se dan por este motivo), que influía positivamente en el joven y que ya no se encuentra para guiarle y aconsejarle, provoca que este se relacione con grupos no aconsejados o actúe de forma errónea, creyendo que esa es la manera buena.- Un mayor acceso a armas blancasà Antiguamente, la gente también tenía peleas y se producían asesinatos, pero no como los de ahora, ya que antes los jóvenes en una pelea solían emplear las manos o al menos, no empleaban instrumentos como a los que ahora tenemos un mayor acceso.

  • Mayor acceso al alcoholismo y a la drogadicción, a partir de los cuales se busca una alienación, una felicidad pasajera, un engaño provisional porque no se puede superar la vida en la que se vive o simplemente para evadirse de ella. Estos factores son muy importantes en la violencia, ya que estas sustancias inhiben la parte racional del cerebro y de ésta forma surge la agresividad.

  • Otro factor a destacar son las modas que influyen en los ideales de las personas. Un claro ejemplo, es la chica asesina del caso de Seseña que, según me he informado en distintos medios, es una “emo”, una persona que viste con ropas determinadas y que cuyo ideal se basa en la depresión y el no estar a gusto con su vida. Estos tipos de modas e ideales, a mi modo de ver, si pienso que influyan en la violencia y en los jóvenes, ya que, poco a poco, se esta socializando en algunos sectores de los jóvenes.

  • Revelaciones o justificaciones hacia lo que antes no se podía hacer y ahora sí, aprovechándose de ese privilegio y actuando de forma negativa.

  • Otro factor que sí creo que ha podido influir, ha sido la pérdida de miedo a la justicia. En épocas pasadas, todo el mundo tenía miedo a la justicia, ya que esta era muy dura, contundente y, en ocasiones, injusta. Ahora, en la actualidad, la justicia no llega a ser ni contundente, desencadenando una pérdida de miedo hacia ella, ya que, por muchos años que te castiguen, siempre acabarás saliendo antes. Además, no entiendo como un niño de doce años en adelante, no puede entrar en el correccional, ya que, según mi opinión, un niño o niña capaz de cometer cualquier delito, como el caso de Seseña, no tendría que ser considerado como tal, es decir, como un niño. Por lo que, en muchos casos, al ser menores, la ley nos favorece muchas veces y este puede ser uno de los motivo de las actuaciones de muchos jóvenes. Es decir, pienso que la ley debería ser más dura, para así volver a recuperar el miedo hacia la justicia y, de esta forma, hacer que la gente se piense dos veces meterse en una pelea, llevar algún tipo de arma o cometer cualquier homicidio.

A pesar de haber realizado la reflexión sobre la violencia de los jóvenes basándome en el caso de Seseña, no pienso que sea la violencia de la chica, el motivo que la llevó a cometer el homicidio, sino un problema psíquico, ya que la falta de arrepentimiento, la forma de actuar, la lista que tenía de futuros candidatos para la muerte y su frialdad, no se corresponde con una persona de su edad.

Otra cosa que quiero dejar clara y ya como forma de conclusión, es decir que si bien es verdad que existe mucha violencia entre los menores, también los hay que no cumplen dichas características. Hay muchos jóvenes que sí poseen unos ideales correctos, los cuales se basan en el respeto, tanto a personas mayores como a los que les rodean, jóvenes que se preocupan por el medio ambiente, por la sociedad y por las personas más necesitadas. El problema de esto, es que dichas personas no son reconocidas ni salen en la televisión o, al menos, no de forma frecuente, ya que lo que más salta a la vista, más interesa y más llama la atención y con lo que más se gana audiencia es con lo malo frente a lo bueno, hablando a nivel televisivo y radiofónico.

Todo esto provoca, que la mayoría de las personas piensen que los jóvenes de hoy en día somos unos violentos, englobándonos a todos los pertenecientes a este sector. Como ya he dicho anteriormente, siempre ha existido violencia entre menores, aunque no de las formas en las que ocurren actualmente, ya que, hace unos años, la televisión no era capaz de reflejar todas las noticias. No voy a negar que en los últimos años haya aumentado el número de personas violentas e inmorales y que haya aumentado la violencia en sí, pero no estoy de acuerdo con que todo esto se generalice en todos los jóvenes. Con esto quiero decir que no todas las personas jóvenes tienen por qué ser necesariamente un grupo de asesinos, delincuentes sin respeto, sin tolerancia e inmorales y las cuales se les asocia al alcoholismo y a la drogadicción. Es decir, que no todas estas características las tienes que cumplir así por así las personas jóvenes pertenecientes a este sector.

Para concluir, pienso que, verdaderamente, en el campo de la vida, minado de peligros como son estos factores, el joven, para poder avanzar, necesita la guía y el cuidado de sus mayores, de consejeros expertos, de buena educación y de buenas compañías, si no es muy difícil que alguna de estos factores no le alcance e influya en su persona.