lunes, 10 de mayo de 2010

Una cultura diferente... ¿Qué hacemos con el velo?

El hiyab es un código de vestimenta femenina islámica que establece que debe cubrirse la mayor parte del cuerpo y que en la práctica se manifiesta con distintos tipos de prendas, según zonas, épocas, costumbres y religiones. En sentido restringido, suele usarse para designar una prenda específica moderna, llamada también velo islámico.

El caso de Najwa, la adolescente marroquí residente en Pozuelo de Alarcón que ha tenido que dejar su instituto al impedirle asistir a clase con la cabeza cubierta por un velo, vuelve a poner de manifiesto los problemas respecto al tradicional velo islámico que afecta, entre otros, al sistema educativo. Este, de momento, es un caso aislado que puede convertirse en un problema nacional si no damos con una respuesta acertada.

Es de real importancia aclarar que no es lo mismo llevar un burka, que impide la identificación de la mujer, que usar un hiyab, que se limita a tapar el cabello.

Nosotros, los españoles y la gente de occidente, somos una sociedad que nos extraña el acto de cubrirse la cabeza por parte de las mujeres musulmanas debido a que interpretamos o, al menos, nos dan a entender las personas que defienden esta religión, que la mujer islámica se enfunda el velo debido a la interpretación al pie de la letra del Corán, que esta religión es incompatible con la libertad y que el velo y, en mayor grado, el burka, son un insulto a la igualdad. También nos hacen ver que no hay ninguna religión comparable a esta en cuanto a la esclavitud femenina que parecen estar sometidas las mujeres, siendo solo consideradas como criadas, esclavas y procreadoras de hijos.

Sin embargo, según ellas y el resto de practicantes de la religión, defienden que en la tradición islámica, el pañuelo no es necesariamente un signo de sometimiento sino, supuestamente, un símbolo de identificación hacia su orientación religiosa, aunque tampoco es que las mujeres tengan mucha elección, ya que no llevarlo está mal visto debido a que su sociedad no las respeta sin él.

Respecto al uso del pañuelo o el velo en los colegios y lugares públicos, hay diversas opiniones y muchas de ellas dicen que los países occidentales, debemos permitir que las niñas y mujeres musulmanas, lleven su tradicional pañuelo cubriéndoles el pelo. Yo, podría mostrarme comprensivo y lo aceptaría siempre y cuando no fueran prendas que les tapen la cara o, desde luego, todo el cuerpo, ya que, estas personas, no están en su país, sino en España y si ellos vinieron aquí, deben aceptar las normas y leyes que lo rigen, de las cuales, una de ellas, dicta que en lugares públicos no se puede llevar la cabeza cubierta. Según y a partir de esto, en teoría, resultaría fácil llegar a una conclusión, si la ley dice que no se puede llevar la cabeza tapada en lugares públicos, no se puede y punto.

A pesar de ello, tanto en el caso de esta alumna como en el resto de casos, entra en juego otras leyes de la constitución, como son la libertad religiosa, el derecho a la educación y el derecho de imagen, frente al reglamento interno de cada centro educativo.

Por ello, deberíamos preguntarnos por qué nos parece tan normal que haya en las aulas monjas con toca y tan anormal, chicas con velo. Las monjas católicas, tienen la obligación de cubrir su pelo con el pañuelo, que indica su orden religiosa correspondiente. En ningún caso se quitan los pañuelos que usan y acuden a cualquier establecimiento público con su vestimenta y su pañuelo reglamentario. A todos nos parece algo normal y natural y nadie se ha planteado nunca prohibirles esa práctica, porque parecería absurdo. Por lo que, a la deducción que llego es que nuestro estado y la mayoría de los países occidentales, tenemos una gran diversidad cultural y somos estados neutrales en los que tiene cabida cualquier religión, aunque hay un vínculo especial con el cristianismo. Con esto me refiero que, por mucho que la gente de occidente sea atea y no crea en ningún Dios, es culturalmente cristiana. Esto explica por qué somos tan comprensivos con la toca católica y tan poco con el velo islámico.

Por lo que, como resolución, puede que no haya gran diferencia significativa entre la toca y el velo. Lo que les diferencia realmente es que la toca pertenece a nuestra cultura y el velo no. Muchas personas dirán que no es lo mismo, pero sí lo es y, por muchas vueltas que le demos al asunto, es imposible redactar una ley que impida a las musulmanas lucir su pañuelo en lugares públicos y se lo permita a las monjas.

Para finalizar quiero dejar claro que no llego a una conclusión final, debido a que suponiendo varias circunstancias llegaría a una solución u otra. Estos son los siguientes casos que me impiden aclarar mis ideas y las posibles soluciones que daría yo frente a ellos:

Estaría de acuerdo en prohibir el pañuelo basándonos en la constitución y dejando a un lado las libertades religiosas, eso sí, siempre y cuando lo cumplan todas las personas, como el caso de las monjas.

 Ahora bien, si todo sigue como hasta ahora, si las monjas sí pueden llevarlo y el resto de personas no pueden llevar nada cubriendo la cabeza en un lugar público, no estaría de acuerdo en prohibirlo, ya que o cumplen las leyes todos o nadie. Además, a mí, personalmente, no me molestaría tener a una chica con velo al lado de mi mesa y sí, por ejemplo, una persona que se viste con estas ropas que se están poniendo de moda ahora, como el estilo gótico o el de imitación de los dibujos manga, con las que sí me sentiría incomodo.

 Sin embargo, la conclusión con la que creo que estoy más convencido y la que más fuerza tiene y anula al resto de las planteadas, es la siguiente: La religión de los musulmanes, se trata de una religión atrasada, que vive todavía en la Edad Media, según su calendario y su forma de pensar y cuyas costumbres no caben en nuestra moderna sociedad, debido a que coartan la libertad de las mujeres, las oprimen y las maltratan. Por ello, tienen que modernizarse. Dicho esto, creo que el velo debería prohibirse, ya que pienso que ellos, en su país, también deben ser recíprocos. Si ellos quieren que se les permita llevar el velo al igual que las monjas también lo hacen, pienso que ellos también deben permitir que las personas occidentales puedan pasar a determinados lugares con sus vestimentas y no se vean obligados a ponerse prendas de su cultura para ello, como ocurre en algunos países.

Por lo que, como conclusión final, a pesar de que siempre debe prevalecer el derecho a la educación, pienso que si ellos no nos permiten en su país acudir a un lugar con nuestras propias vestimentas, no entiendo por qué nosotros sí deberíamos permitirlo, obviando las leyes de nuestra constitución. Además, creo que tienen que concienciarse de que sus ideas solo las aceptan aquellos países de la misma religión, debido a que sus manifestaciones religiosas son incompatibles con la libertad y, ya muchos países del mundo han superado este problema y no hay por qué volver atrás, es decir, no tenemos que adaptarnos nosotros a una minoría con unas ideas determinadas, sino ellos a la mayoría.

1 comentario:

  1. Todo el argumento se caería al pensar una cosa, ¿no puede ser este su país? Es decir, ¿no puede haber musulmanes españoles?

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